Recogiendo las ponencias presentadas a los últimos Seminarios de Estudio sobre Lenguas y EpigrafÃa Antiguas, organizados por la SEAV (Sección de Estudios Arqueológicos) de la Diputación Provincial de Valencia, en colaboración con la Sección de Estudios Ibéricos de la Real Academia de Cultura Valenciana, fundación pública de la propia Diputación, se ha publicado el número diez de Elea- Estudios de Lenguas y EpigrafÃa Antiguas, siempre un paso más hacia el desciframiento de la Lengua Ibérica, la primera lengua conocida del Pueblo Valenciano, que empezó a hablarse en tiempos prehistóricos y a escribirse hacia el siglo sexto antes del nacimiento de Cristo.
Un extenso trabajo encabeza la publicación, obra del Catedrático de FilologÃa Latina de la Universidad de Valencia Dr. Xaverio Ballester, bajo el tÃtulo «Del latÃn ibérico al romance valenciano-catalán», donde se podrá ver que la lengua ibérica no desapareció tan rápidamente como algunos creen y propagan interesadamente, sino que dejó profunda huella en la lengua valenciana.
Al respecto, el Dr. Aparicio Pérez, director de las secciones y de Elea, dice en el prólogo: » Es evidente que el latÃn influyó decisivamente en la sustitución lingüÃstica que tuvo lugar a partir del siglo segundo de nuestra Era… Pero no es menos evidente que la sustitución no fue total. Y si esto se creÃa por simple intuición, tras la obra del Dr. Xaverio Ballester los argumentos lingüÃsticos que avalan esta creencia, fundamentándola, son, ya, incuestionables. Se ofrece traducido a la Lengua Valenciana por V. Rozalén GarcÃa.
Se estudian, también, los numerales, el plomo del Pico de los Ajos y el de Ullastret, por los Drs. Ferrer i Jané y Silgo Gauche.
Hay un trabajo sobre Arcóbriga, ciudad celtibérica, obra del Dr. Lorrio Alvarado, catedrático de la Universidad de Alicante y otro sobre la gran ciudad ibérica de Ilici ( Elche), del Dr. Ramos Fernández.
Un estudio de los Drs. Cisneros Fraile, Xaverio Ballester, Silgo Gauche y Pérez Rojas, nos permite conocer una cabeza escultórica ibérica, del periodo orientalizante, que representa a una foca, lo que resulta curioso por el lugar de hallazgo, Pozo Cañada, a 30 kms. de Albacete; el llevar grabado una inscripción ibérica le ha proporcionado mayor interés.
La portada de la obra se enriquece con una fotografÃa del Molón de Camporrobles, poblado que, con muchas probabilidades, marca el lÃmite entre la Iberia y la Celtiberia.