Las pruebas de tiro y arrastre de la ciudad son de las más duras que se celebran
La Fira d’Agost ha acogido como cada año la tradicional Fira del Bestiar, que permaneció abierta hasta ayer viernes. Este espacio concentra a diferentes ganaderos que llegan a Xàtiva desde diferentes lugares de la Comunitat Valenciana para exhibir su ganado en el espacio ubicado junto al pabellón municipal de voleibol.
Un evento que desde su creación hasta la actualidad ha ido cambiando su localización, de número de cuadras, pero aún mantiene la esencia del origen de esta celebración, concedida como privilegio por Jaume I en 1250, que convocaba a personas procedentes de todos los rincones para intercambiar sus mercancías.
La feria de ganadería sigue siendo una de las citas más significativas, pese a que cada vez es menor el número de personas que visitan el recinto. Hay que recalcar que ahora es más inusual la compra y venta de animales para funciones cotidianas, pero este espacio tiene un valor especial para los amantes de las tradiciones más arraigadas.
A pesar del paso del tiempo, la feria continúa manteniendo una estrecha relación con las caballerías, bien por la Fira de Bestiar, o acogiendo los concursos de tiro y arrastre. Se trata de competiciones de fuerza entre los caballos, que constituyen un aspecto esencial para los enamorados de estos festejos.
El tiro y arrastre es un deporte autóctono que surgió generando rivalidades entre los labradores por la posesión de la mejor jaca. Como novedad, este año las pruebas se realizan en el recinto donde se encuentra la Fira del Bestiar, junto al pabellón. La prueba de Xàtiva es de las más reconocidas por la dureza de la misma. Así como en otras competiciones en diferentes poblaciones de la comarca y de la provincia, los animales arrastran consigo el mismo peso que poseen, en Xàtiva la carga a trasladar es de más del doble que la del peso del propio animal.
El concurso consiste en atar un caballo a un carro al que se ha cargado el doble que el peso del animal, al cual se le hace efectuar un recorrido con tres paradas obligadas sobre una cuesta de arena. Ganará el que consiga acabar el circuito con tres paradas en el menor tiempo. Hay diferentes categorías según el peso de las caballerías, de este modo las pruebas son de una, dos y tres jacas de 200 a 2.200 kilogramos.
Este concurso simboliza una antigua práctica: la utilización de las caballerías para las tareas del campo o del transporte, una práctica que ha ido desapareciendo con el paso de los años.
Las normas de sanidad son estrictamente cumplidas, igual que el control de vacunas, llevados a cabo por los veterinarios de la organización.