La alcaldesa de Alzira Elena Bastidas junto al subdelegado del Gobierno Luis Felipe Martínez ha inaugurado la Casa Real

casa-real-de-alziraSe han llevado a cabo trabajos de consolidación de los muros

Esta mañana, la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, junto al subdelegado del Gobierno, Luis Felipe Martínez, ha inaugurado la Casa Real después de los trabajos de consolidación de los muros que se ha llevado a cabo. La inversión de la obra ha sido de 73.000 euros y se enmarca dentro del Fondo Estatal de Inversión Local.
La alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, ha destacado: “Con esta actuación de consolidación de los muros de la Casa Real, ponemos en valor una parte muy importante de nuestro patrimonio. Una intervención necesaria, a la que esperamos sigan muchas más, para convertir este espacio en un punto de referencia dándole el valor histórico y patrimonial que se merece”.

El proceso de intervención ha consistido en:

  • limpieza del solar
  • limpieza de las superficies
  • documentación y alzamiento gráfico
  • eliminación de elementos impropios
  • consolidación de los muros
  • tratamiento de la superficie

Las estructuras conservadas en alzado forman parte de una torre fortificada construida en época islámica y reforzada después de la conquista cristiana, a partir de 1243. Esta torre no estaba alineada con la actual calle e invadía parte de la misma.
Se han llevado a cabo trabajos de limpieza de sales del tapial existente, se le ha dado una pintura para igualar cromáticamente todas las intervenciones y se ha hidrofugado para proteger la entrada de agua.
Casa Real
La “Casa Real”, también llamada Casa de la Olivera, fue utilizada por Jaime I cuando vivía en Alzira y está declarada Bien de Interés Cultural. Está enclavada en la que fuera zona de l’Albacar, y no estuvo habitada hasta el momento en el que Jaume I pactó con los musulmanes la rendición de Alzira.
En un momento fue ocupada por los jurados de la Vila hasta su traslado en el siglo XVII en la actual Casa Consistorial. A partir de ese momento, el espacio empieza a desvirtuarse pasando a convertirse en varias viviendas que no dejaron de padecer variaciones, reformas y reparaciones hasta el siglo XX.