Por Celia Domínguez. En el Día de la Madre
¿Cómo empezar a escribir a quien te ha dado la vida?, ¿cómo expresar lo que hoy motiva este día desde la perspectiva de ser hija?; ¿cómo poder comprender la indulgencia y sabiduría de lo que significa ser madre?.
¿Hay algo más grande en el mundo que el llegar a ser madre? ¿Hay un amor más puro e incondicional que el que le otorga eternamente una madre a su hijo?. Madres que lo dan todo a cambio de nada, madres con una vitalidad imparable, llenas de valentía, paciencia, fuerza y alegría, que luchan por formar una familia y que se conforman con una simple sonrisa.
El corazón materno tiene una fe inquebrantable en su retoño, una ternura insuperable y totalmente desinteresada, es como un ángel que te cuida, un ser entrañable, un regalo de la vida que pase lo que pase estará siempre en tu día a día.
Esa luz que te guía, que te llena de energía, que está detrás y delante para darte fuerza en la vida, ese apoyo necesario, esa sublime mezcla de experiencia y sabiduría, esa dulzura innata es la madre que te amamanta.
No sé si algún día llegaré a sentir la plenitud del milagro de traer alguien a la vida, pero lo que sí sé es que estaré eternamente agradecida a esa inigualable persona que un día me trajo al mundo sin esperar nada a cambio.
Para ti mama, por tu cariño constante e incansable.