La intervención ha sido financiada a través del PIP con más de 176.000 euros
La Directora General de Patrimonio Cultural Valenciano, Paz Olmos, ha acudido este sábado a Enguera para inaugurar la restauración integral de la Ermita de San Cristóbal. En el acto han estado también presentes Santiago Arévalo, alcalde de Enguera, así como Juan Rafael Boronat, párroco de la Iglesia de San Miguel, de la que depende dicha ermita.
Paz Olmos ha explicado que “la intervención llevada a cabo en la Ermita de San Cristóbal ha sido financiada gracias al Plan de Inversiones Productivas de la Generalitat que ha destinado más de 176.000 € a esta restauración. La puesta en marcha de este plan ha sido una de las iniciativas municipales más importantes de los últimos años: ha supuesto la ejecución de muchas actuaciones, como la rehabilitación de esta ermita, que sin este plan y con la falta de financiación generalizada de los ayuntamientos, no se hubiesen podido realizar”. La ermita sufría múltiples patologías, consecuencia del paso del tiempo y de algunas intervenciones anteriores, realizadas en momentos en que no se contaba con los avanzados medios actuales. Se habían producido desprendimientos en la cubierta de la ermita y los muros presentaban problemas de humedades debidos al desnivel existente entre el cementerio y la ermita, de modo que las escorrentías de agua daban directamente contra ellos, a lo que se le sumaban los revestimientos impropios que no permitían la transpiración de los muros. El pavimento que existía anteriormente, al no dejar transpirar la humedad, contribuía a acrecentar este problema.
La Ermita de San Cristóbal presentaba también problemas estructurales de concentración de cargas en las claves de los arcos que se traducían en grietas por deslizamiento de tales piezas. Para solucionar estos problemas, se han sustituido algunos elementos de la cubierta manteniendo el sistema constructivo, y se ha repartido en peso que soportaban las claves sobre todo el arco, para liberarlas de cargas, garantizar su estabilidad y proceder entonces al cosido de las grietas que se habían formado como consecuencia de la sobrecarga.
Los problemas relativos a las humedades se han solucionado mediante el picado de revestimientos y la realización de otros nuevos con materiales apropiados, similares a los que se utilizaron originalmente cuando se levantó la ermita. Así mismo, se ha colocado un nuevo solado más permeable que permite la mejor transpiración del subsuelo y así la eliminación del alto índice hígrico en el interior.
La Ermita de San Cristóbal
El 27 de octubre de 1685 el vicario de la parroquia de San Miguel de Enguera bendijo la ermita de San Cristóbal, por lo que tradicionalmente se ha dado esa fecha como la de su construcción. Sin embargo podría ser muy anterior, pues en el libro de visitas de la Orden de Santiago, a la que pertenecía la villa, hay unas demandas fechadas en 1548 que podrían hacer referencia a ella.
La Ermita, en realidad conforma un conjunto con la vivienda del ermitaño, a la que se encuentra unida por un atrio por el que se accede al cementerio, situado en la parte posterior de las edificaciones. La fachada principal actúa como unificador del conjunto a modo de fachada escenario con decoración barroca. En la primera década del siglo XIX la Ermita de San Cristóbal sufre una importante transformación al instalarse en su emplazamiento original, junto a la ermita, el cementerio municipal. Por lo que comienza a perder su carácter de templo de peregrinación. En su interior, una de las transformaciones más evidentes fue la eliminación de uno de los altares, concretamente el que estaba dedicado a San José, para abrir la puerta hacia el cementerio.