Cumplidos ya los 100 días de legislatura, desde Populars Xàtiva hemos querido reflexionar sobre lo que ha deparado para los vecinos de Xàtiva la gestión del nuevo equipo de gobierno, y ya les adelantamos que no es precisamente muy favorable.
Atrás queda aquel sábado 15 de junio con el Salón de Plenos lleno hasta los topes donde todos los concejales, noveles como veteranos tomaron posesión de su cargo quedando así constituida la nueva corporación. Los unos con la ilusión de afrontar un nuevo reto en sus vidas, los otros con el bagaje de la experiencia a sus espaldas.
Pero pronto, muy pronto pudimos comprobar cómo se iba a desarrollar la legislatura y cuál iba a ser la posición de cada uno durante la misma.
Porque, aunque se intente disimular, la realidad es que tenemos un gobierno municipal formado por socialistas y por ciudadanos, surgido de un acuerdo ¿preelectoral?
Un acuerdo que sin embargo revela un reparto de delegaciones descompensado aunque a la medida del Alcalde, quien ha concentrado la mayor parte de éstas y de más peso en sus más cercanos, entre los que destaca especialmente el “concejal orquesta”, que lo mismo te toca el bajo en forma de auditoría (the auditor) como la batería en forma de dirigir una obra (the architect) sin rubor alguno quedando el resto como simples convidados de piedra (outsiders).
Y entre éstos se encuentran los concejales de Ciudadanos que, a cambio de unas delegaciones, se han convertido en la muleta que los socialistas necesitan para sacar adelante sus propuestas.
Propuestas tan “progresistas” como subirse los sueldos, ampliar el número de asesores (responsable de gabinete, responsable de comunicación y responsable de redes sociales y prensa), y sobre todo subir los impuestos (recibos de la contribución, la basura y el agua) para el año que viene.
Mientras tanto Xàtiva, continúa sin proyecto turístico alguno y perdiendo subvenciones; sus calles y plazas aparecen cada vez más sucias; los problemas de seguridad van en aumento tanto en el núcleo urbano (jardí de la Pau) como en sus diseminados (los robos en Bixquert no cesan); y multitud de obras o proyectos de obra paralizados (parquing lanzadera, antigua estación de ffcc, molí Sarrampedra, pacificación calle Corretgería, fuente de la estación de Renfe); además del mismísimo plá Edificant destinado a la construcción y/o rehabilitación de centros educativos acumulando retrasos constantes; parajes naturales como Cova
Negra y costa del Castell abandonados a su suerte. Y así podríamos seguir hasta decir basta.
Este es, a grandes rasgos, el retrato que muestra Xàtiva después de agotar los primeros 100 días de legislatura con un gobierno más preocupado de la foto, el anuncio y la propaganda que de afrontar en serio la gestión municipal.
Aunque no lo duden, siempre les quedará la recurrente cantinela de “la culpa es de los gobiernos anteriores del Partido Popular”. Pero, ¿acaso el Alcalde no es el mismo desde hace ya más de 4 años?