Jorge Herrero Montagud | Concejal PP Xàtiva
Es triste comprobar el escenario político de Xàtiva. Un espectáculo marcado por las desavenencias de unos y las periclitaciones de otros. Toda una demostración de debilidad institucional y de poca talla política.
Ese debate entre la vieja y la nueva política se ha convertido en una lucha entre dos bandos que se separan cada vez más, sin mostrar capacidad alguna de poder debatir, dialogar y consensuar. El debate únicamente se ciñe al reproche y a la descalificación, como si de una simple riña infantil se tratara.
Los políticos siguen teniendo pendiente ese anunciado talante de diálogo, y el debate se convierte en una discusión por momentos absurda, en el que a los gobernantes les cuesta asumir la crítica. Deberían ser conscientes de lo que ellos hacían cuando eran oposición y ser consecuentes con lo que supone la tarea de gobernar.
Recurrir al pasado demuestra tener pocos recursos y deja en evidencia la poca capacidad de ofrecer soluciones en el presente, y menos todavía, garantizar el futuro. La política a cuatro años vista es el eterno error de los partidos políticos que no ven más allá de una legislatura, y que trabajan más por obtener unos buenos resultados electorales, que por ofrecer soluciones que mejoren el bienestar de las personas. Cuando se les llena la boca de estabilidad, progreso, unidad y bienestar, no lo hacen desde el convencimiento, si no desde la demagogia que solo pretende arañar votos.
El cambio que se prometió en Xàtiva se limita a un cambio de caras y de siglas, y no a una verdadera transformación de formas y actitudes.
Todos los políticos que estamos en la actual corporación municipal deberíamos entender que la discusión debe acabar en entendimiento, la crítica en propuestas, los errores en experiencia, y el diálogo en consenso.
El ayuntamiento es la «Casa de la Ciudad» porque es de todos los ciudadanos, por encima de siglas e ideologías. Todos los miembros de la corporación representamos a todos los vecinos y no solo a los que nos han votado.
Pienso que se debería reflexionar y tanto desde el gobierno, como desde la oposición, habría que trabajar buscando el objetivo común de hacer de Xàtiva una ciudad próspera, moderna, sostenible, orgullosa de su pasado, responsable de su presente y emprendedora de cara al futuro.