Jorge Rodríguez ha tenido claro desde el primer momento que como institución valenciana, la Diputación debía implicarse para que la fiesta fuese reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En primer lugar, porque “lo merecen las más de 400 comisiones de Valencia y otras tantas repartidas por las comarcas valencianas que dan vida a una fiesta que es uno de los grandes eventos que podemos mostrar al mundo”. En segundo lugar, porque “las Fallas son una gran industria en sí mismas, que forman parte del motor económico de Valencia y sus comarcas”.
En este sentido, la Diputación de Valencia destina cada año alrededor de 3 millones de euros a subvencionar a los distintos sectores que dan vida a la actividad fallera, con ayudas para las bandas de música en mejora de locales, compra de partituras y nuevos instrumentos, ayudas para espectáculos pirotécnicos y fiestas en los municipios y ayudas directas a las comisiones falleras, que este año se han incrementado para conmemorar la declaración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Este incremento de las ayudas ya lo avanzó Rodríguez en su viaje a la localidad alemana de Mainz en vísperas de producirse la declaración de la UNESCO, en uno de los últimos actos de refuerzo de la candidatura de las Fallas a convertirse en patrimonio universal. El presidente de la Diputación quiso implicar al colectivo fallero de las comarcas valencianas en aquel viaje y se reunió con las Juntas Locales de la provincia antes de viajar a Mainz, para escucharles y llevar su voz a este foro europeo.
Siguiendo esta línea, Jorge Rodríguez ha vuelto a reivindicar el trabajo tanto de las comisiones de la capital como las de las comarcas, desde Utiel hasta la Safor, pasando por las Fallas de l’Horta, la Ribera, la Costera, el Camp de Turia, la Hoya de Buñol y el Camp de Morvedre. “Esta fiesta es patrimonio de todas las comarcas valencianas”, recuerda el presidente, que compartió la matinal fallera de la Diputación con la fallera Mayor de Valencia, Raquel Alario.
La recepción fallera de la Diputación, uno de los actos más multitudinarios de la fiesta, ha vuelto a reunir a miles de falleras y falleros de más de 800 comisiones y 53 juntas locales, que han celebrado con los responsables de la Corporación provincial la universalidad de esta celebración, en un ambiente festivo con catering para todos los asistentes y la música del grupo valenciano Sva-ters. En opinión de Rodríguez, esa declaración de la UNESCO “hace justicia con una tradición que los valencianos llevamos en nuestro ADN social y cultural”.
Visitas a Aldaia y Xàtiva
La recepción fallera de la plaza Manises fue el inicio de un recorrido fallero que este año ha llevado a Jorge Rodríguez hasta Aldaia, en l’Horte Sud, y Xàtiva, en la Costera, después de que el pasado año el presidente participara en diversos actos de las Fallas de Gandía, Alzira y Picassent.
En ambos municipios, Rodríguez ha destacado la aportación de las comisiones falleras de las comarcas valencianas para conseguir la esperada declaración de la fiesta como Patrimonio de la Humanidad. En el caso de Xàtiva, el presidente y las falleras mayores de la Junta Local, acompañados por el alcalde, Roger Cerdà, han descubierto una placa conmemorativa de este reconocimiento a la fiesta, en una localidad que plantó el primer monumento fallero fuera de Valencia, en el año 1865.
Jorge Rodríguez considera que “si en alguna cosa nos ponemos de acuerdo es en lo referente a nuestras fiestas”, por lo que ha justificado que las instituciones públicas “destinen recursos económicos y materiales para el mantenimiento y difusión de las Fallas, que son un motor de la economía valenciana”.