Ya casi es primavera, mi época favorita del año, pero estoy segura de que han comenzado las Fallas. Sé que a los humanos les gusta mucho, están muy alegres y no paran quietos en casa. No entiendo como puede gustarles, ellos dicen que lo que oigo son petardos, pero yo creo que son bombas; me quedo muy preocupada en casa cuando alguien de mi familia se va, nunca sé si van a volver sanos y salvos.
Antes me daba un pánico aterrador con solo escuchar las bandas de música porque sabía que enseguida comenzaban con el bombardeo, entonces yo lloraba y me escondía. Pero mi familia humana me ayudó a comprender que no debía tener tal pánico y aunque aún tengo algo de miedo, lo llevo mucho mejor porque sé que ellos me protegen y no va a pasarme nada, y mucho menos en casa.
Como sé que muchos perros estarán pasándolo tan mal como lo pasé yo, me gustaría contaros mi experiencia de como superé mi fobia. Cómo os digo, mi familia estaba muy preocupada ante mis ataques de pánico, así que buscaron ayuda profesional y siguieron sus consejos.
El primer cambio, fue mudarme de habitación. Sí, aunque parezca una tontería me ayudó mucho, al cambiar mi cama a la habitación más alejada de la calle, que en este caso fue la de mi hermana, no escuchaba los petardos con tanta intensidad. Además empezaron a ponerme música clásica, que es mi favorita y me relajaba un montón.
Bajar las persianas. Por las noches bajan las persianas, así por las mañanas cuando hacen la despertà no retumba tanto en casa.
Dejaron de consolarme cuando tenía miedo. Esto fue muy importante, porque aunque su intención era buena, yo lo malinterpretaba creyendo que lo que hacían era halagar mi miedo, así que lo que provocaban era que cada vez tuviera más y más miedo. Entonces lo que comenzaron a hacer, es mimarme cuando estuviera más calmada, así entiendo que estar calmada es algo super positivo.
Cambiaron mis rutinas de paseo. Como me negaba a pasear, lo cual me generaba más tensión, cambiaron mis horarios y mis rutas. Por lo menos donde yo vivo, hay cerca un colegio y una plaza, así que nuestros paseos largos se hacen por la mañana mientras la mayoría de gente está ocupada y así evitamos los petardos y las bandas de música.
Cambiaron mi collar por un arnés de buena calidad. Ya que mi primer impulso al escuchar un petardo es salir corriendo por el miedo, con el peligro de que me pueda perder o de que me puedan atropellar. El arnés me ofrece más sujeción, seguridad y comodidad.
Estas fueron las pautas que más me ayudaron, sé que hay perros que incluso lo pasan peor que yo y que en estas fechas es cuando más perros se pierden, y es normal que tengamos tanto miedo, porque nosotros escuchamos 4 veces más los sonidos que vosotros, así que imaginaros lo mal que lo que pasamos.
Nunca se os ocurra llevarnos a una mascletà o asustarnos con petardos, cuando se tiene miedo nunca se sabe como se va a reaccionar, al igual que los humanos ante el miedo, podemos atacar o huir.
Si aún después de todos estos consejos, veis que la cosa se complica, es muy importante que acudáis a vuestro veterinario o etólogo de confianza, ya que en muchos casos, se necesitan tratamientos especiales o incluso mudarnos por unos días a un lugar tranquilo donde no percibamos ningún tipo de pirotecnia.