ARTICULO DE OPINIÓN | Jesús Antonio Fernández Olmedo
Un tsunami de información nos llega diariamente sobre el Coronavirus que va metiendo miedo a las poblaciones. Algo así como una Infodemia o una epidemia de mala información. En la historia humana los rumores siempre han tenido un papel altamente nocivo.
La amazonia grita por la vida. Grupos se autoconvocan y llaman a movilizarse para proteger el ultimo, casi, reducto pulmón verde de la Tierra. Detener el ecocidio es la prioridad y se llama a la movilización mundial. La desmercantilización de la vida es necesaria y detener la violencia económica en la zona a través de la minería, madera, narcotráfico, plantaciones y tráfico de tierras.
Este Domingo 19 en distintas ciudades de España ha tenido lugar una serie de movilizaciones para proteger los derechos de los migrantes, pidiendo la regularización de todos. Fue diversa, animada y reivindicativa. Ellos han cuidado a nuestros mayores, niños, limpiado nuestras casas, exponiendo su salud, han trabajado en el campo en condiciones extremas, sin protección en chabolas que están siendo atacadas y dejándolos en la calle. ¿Habrá algún tipo de reacción por parte de la población española que sea positiva? ¿Seremos capaces de dejar de mostrar nuestro lado mas oscuro del racismo que es mirar para otro lado?
Alguien conocido me dijo el otro día que comenzó a leer libros de filosofía para no volverse loco. Hay una ola de irracionalidad en el mundo de hoy que nos chupa, como si fuera un agujero negro que trata de succionarnos hacia él. El que piensa diferente está mal visto.
La compañía biotecnológica estadounidense Gilead dedicada a investigar, comercializar fármacos para prevenir enfermedades entre ellas el Coronavirus hoy está rodeada de pleitos, ha sido acusada de inflar los precios de las medicinas y tiene juicios abiertos por posibles efectos secundarios. No necesitamos más pruebas de cómo se lucran las farmacéuticas con las pandemias.
En México se cuentan en por centenas los niños que venden en las calles, son los niños trabajadores de la calle. De sol a sol, con los pies cansados, la piel quemada, ropas viejas y desarregladas, van de semáforo en semáforo intentando vender dulces, flores, de casa en casa, de puesto en puesto. Normalmente solo tienen a la madre.
En España se habla de “acuerdo histórico” pero la realidad es que a cambio de los fondos europeos en el sistema de pensiones públicas se aplicarán nuevos recortes y el gobierno deberá renunciar a derogar la reforma laboral. Nuevamente las condiciones para los jerarcas europeos es que se “flexibilice el mercado”. Yo me pregunto ¿para que necesitamos a Europa? ¿Acaso nos está ayudando en algo? ¿No era la Unión Europea un protector y referente de los derechos sociales y laborales?
Lo positivo de estos días es que la fugaz presencia del Monarca en Cataluña encontró una amplia respuesta de rechazo popular a pesar de la represión de los Mossos. “El Mantenido” con su visita provocó protestas en toda Cataluña y acciones de diferente calado. Una gran marcha de mil personas marcó la jornada que tenía como foco el entorno del monasterio de Poblet blindado para la ocasión pero que finalmente solo duró una hora. Caceroladas a ritmo de Corona Chao y pancartas, esteladas y formas de protesta variadas.