Por Juan Giner Company, grupo municipal Ciudadanos de Xàtiva. A tres semanas de la finalización de la feria de Xàtiva 2015, quizá es el momento de hacer balance, desde la tranquilidad y la frialdad que el tiempo confiere, de la que se ha vendido desde el equipo de gobierno como la feria del cambio.Ha sido, desde la apreciación de muchos ciudadanos una feria continuaste, casera, con innovaciones para un público muy significado políticamente, pero que en realidad no ha sabido atraer al turista que es el que deja dinero en la ciudad y el que puede terminar hablando bien de nuestra feria y de nuestra ciudad.
Se ha remarcado reiteradamente que han ido contrarreloj para organizar esta feria, que no han tenido tiempo, aunque la verdad es que han dispuesto de más de dos meses para organizar una feria diferente.
Quizá se refieran al cambio, por el nuevo horario de las paellas, que acabó con las protestas de los vecinos de la zona, o con el espectáculo de gente “bebida” por las aceras de la ciudad a plena luz del día.
Quizá se refieran al cambio por el final de la feria que se vendió como un espectáculo similar al “Cirque du Soleil” y que acabó con mucha gente abandonando defraudada el Campo Murta, ya que la actuación musical de rock no era apta para todos los públicos o todos los oídos.
Eso sí, quiero agradecer a Laura, nuestra reina de la feria 2015, y a toda su corte de honor y acompañantes, haber representado con tanta alegría y vitalidad a nuestra ciudad, rompiendo tópicos, como ser casada, madre…, por haber en todo momento demostrado sentirse orgullosa de su barrio, de su familia, de nuestras tradiciones y de ser mujer, sin haberse sentido por ello ocupando un papel sexista, denigrante y anacrónico como demanda injustificadamente un reducido colectivo que no es representativo de nuestra sociedad…. Aunque quizá también le hubiese gustado estar más respaldada en algunos actos por algunos de los representantes que conforman el equipo de gobierno que sólo aparecían para las fotos con personajes ilustres o para los medios de comunicación.
Ya sabes que desde “Ciudadanos” te hemos acompañado en muchos de los actos de feria y has tenido en todo momento nuestro apoyo, como continuaremos apoyando a las sucesivas reinas de la feria. Gracias por todo Laura.
Ahora se darán cuenta de lo que hemos sufrido los vecinos del Barrio del Carmen, Murta, etc…….
Me refiero a la celebración de las Paellas.
A los del barrio del Carmen les molestaban las paellas, ahora les molestan a los q viven por la estación de autobuses; a los q viven en donde el hotel murta les molestaban el tiro y arrastre y ahora esta en el polígono; a los que viven el la Alameda les molesta la feria, porq la tienen encima y a los del circuito les molestan las motos… Oigan, que son solo 5 días, hay q saber soportar, cual sería la solución? Enviar la feria entera al polígono para q todos puedan dormir sus ocho horitas? Venga… No se puede tener contento a todo el mundo, q las fiestas son ruido y el que no lo comprenda pues nada.
La feria es ruido? vaya concepto!Se puede tener una feria con «ruido» controlado por unas horas. Se puede innovar sin molestar a los conservadores que quieren «más de lo mismo» y los cambios les hacen rozaduras. Se puede hacer fiesta sin representantes ni políticos protagonistas ni mujeres florero, ni hombres..La verdad me parece ridículo que este modelo de feria atraiga turistas, más bien los repele. Y si por lo de ver borrachos «a pleno día», pásese usted a plena noche cualquier sábado por la zona de ruido y discotecas que soporta el vecindario frente a las vias del tren. Ni el articulista ni los comentaristas aciertan. Son reflejo de la sociedad..que aún no sabe qué quiere.
A los que no sufren nada de esto les da igual que se molesten a los vecinos, ya se que son 5 días pero la fiesta hay que tomarla como es una fiesta y no un macro botellón, para pasarlo bien en una fiesta no es necesario beber sin parar, de esta forma ni disfrutas de la fiesta ni dejas que la gente disfrute.
Sabemos demasiado lo que queremos, la fiesta es para disfrutar y no para estar amargados.
Y con los excesos no se puede disfrutar.