El domingo 12 de febrero de 1939, cuando el ejército franquista controlaba el curso de la guerra, en la población de Xà tiva, se produjo uno de los acontecimientos más graves de la contienda civil: el bombardeo por parte de la Aviación Legionaria fascista italiana, aliada de Franco junto con la Alemania de Hitler, de la estación de ferrocarril, donde en esos momentos llegaba un tren con militares españoles de la 49 Brigada Mixta del ejército leal a la República. Algunas y algunos han considerado oportuno denominar a este bombardeo y sus trágicas consecuencias como el Gernika valenciano.
La ciudad de Xà tiva ya se habÃa destacado con anterioridad en la Historia de España. Sus habitantes defendieron la causa antiborbónica durante la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII. Felipe V de Borbón mandó quemar la ciudad como venganza por la postura mantenida por las y los setabenses, llegando incluso a modificar el nombre de la ciudad, cambiando Xà tiva por el de San Felipe.
Pero volviendo al hecho que nos ocupa y que tuvo lugar aquel domingo 12 de febrero de 1939, los aviones fascistas italianos no encontraron oposición del ejército republicano español; de ahà que no tuvieran problema para soltar su mortÃfera carga de 20 bombas de 250 kg sobre el tren con los militares españoles de la 49 Brigada Mixta y también sobre sus alrededores, donde se encontraban ciudadanas y ciudadanos que habÃan acudido a la estación de ferrocarril para ver pasar y compartir unos minutos con los militares republicanos.
En poco tiempo, las explosiones de las bombas convirtieron todo en destrucción y desesperación, gritos, llantos y sangre, montones de cuerpos de seres humanos mutilados y sin vida. Resultó tan horrible el bombardeo de la aviación fascista que hasta en los árboles de la estación se encontraron restos de los cuerpos de seres humanos destrozados colgando de las ramas. Un hecho tan vil y cruel que las personas que sobrevivieron nunca lo han podido borrar de su mente.
Se produjo una auténtica mortandad. El número total de fallecidos por el bombardeo fue de 109, que murieron de inmediato, de los cuales 17 eran niños y mujeres. De los dos centenares largos de heridos, alrededor de una veintena fallecieron después en los diferentes centros hospitalarios.
El dÃa 15 de febrero de 1939, el alcalde republicano de Xà tiva, Jovino Fernández redactó una carta oficial de condena de la que es oportuno resaltar los siguientes párrafos:
“La Ciudad, aparte de la consternación natural por un suceso de tal importancia, tan brutal como desacostumbrado, ha conservado en todo momento gran serenidad, acudiendo al sepelio de las vÃctimas el mismo domingo por la tarde y en cuya presidencia figuró el que suscribe (…). Réstame hacer presente (…) que tal acontecimiento no ha quebrantado la moral de nuestra Patria. Salud y República.â€
Tras muchos años de recordar el criminal acontecimiento perpetrado por los fascistas y acaecido aquel domingo 12 de febrero de 1939, acudiendo puntualmente a la explanada de la estación de ferrocarril de Xà tiva con banderas tricolores republicanas y depositando humildes ramos de flores, al final en febrero de 2007 se instaló un monumento costeado por suscripción popular llamado “Aixoplucâ€, obra del escultor Miquel Mollá y que para siempre será un homenaje a las vÃctimas inocentes de aquel hecho militar sin sentido dictado por Franco y que supuso un serio aviso de lo que serÃa la represión de la dictadura impuesta por el citado militar traidor al régimen de la República democráticamente establecido.
Y para terminar, quiero hacer una mención especial de recuerdo para Pascual Estellés Ventura, compañero de Izquierda Republicana ya fallecido, que junto con otros muchos ciudadanos y otras muchas ciudadanas han hecho posible que la memoria histórica setabense recuerde el horror de una guerra y su huella en Xà tiva, todo ello con el objetivo de que nunca más vuelva a suceder.
Por: Pablo RodrÃguez Cortés.
Más información sobre el bombardeo: