La datación de las piezas sitúa la cronología de asentamiento en el poblado de la Edad del Bronce en torno al 1.500 a.C.
El laboratorio Beta Analytic de Miami realiza la prueba del Carbono 14 a algunos de los restos hallados en L’Altet de Palau, uno de los cinco yacimientos incluidos en la campaña de excavaciones de 2013 del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia.
Aunque las dataciones son poco frecuentes, puntualmente se recurre a ellas para valorar y fijar la cronología de asentamiento de un poblado.
La diputada provincial de Cultura, María Jesús Puchalt, ha destacado la excelente labor desarrollada por los arqueólogos del SIP, “que año tras año contribuyen a despejar interrogantes sobre los usos y costumbres de los primeros pobladores de las tierras valencianas”.
“Disponemos de un prestigioso equipo de profesionales y expertos y de unos magníficos proyectos de excavaciones que, junto a la tradición de estudio e investigación prehistórica de la Diputación, que se remonta a 1927, hacen necesario un esfuerzo económico, a pesar de la difícil situación económica actual, con destino a la campaña arqueológica del SIP”, ha manifestado Puchalt.
Tras dos semanas de intenso trabajo, hoy finaliza la intervención arqueológica en L’Altet de Palau, el yacimiento de la Edad del Bronce dirigido por la arqueóloga del SIP, María Jesús de Pedro. “Hemos estado excavando durante 15 intensivas jornadas, que arrancaban a las 7 de la mañana y finalizaban por la tarde, con un receso a mediodía “para sobrellevar las altas temperaturas”.
Cierre del muro y nuevo hallazgo metálico
“Han sido unos días muy productivos porque además de localizar el cierre del muro por el lado Norte y ver cómo se acopla al perfil original de la montaña hemos detectado las soluciones arquitectónicas, que los moradores de L’Altet de Palau tomaron hace más de 3.500 años para hacer su espacio de habitación más cómodo”, ha relatado De Pedro.
Entre los hallazgos destacados, “de nuevo hemos encontrado piezas metálicas, en un relleno de nivelación sobre la roca, entre las que destacan tres punzones de bronce bien acabados y bien conservados”, apunta la arqueóloga del SIP.
Según María Jesús de Pedro, también han sido localizadas algunas piezas cerámicas “aunque de calidad ínfima posiblemente debido a que fueron sometidas a una mala cocción”.
Estos perfiles cerámicos ayudan a valorar la cronología de asentamiento del poblado, situada en torno al 1.500 a. C., una fecha calibrada y corroborada por los hallazgos de metal y por las dataciones absolutas de carbono 14, “menos frecuentes, pero a las que hemos recurrido con la colaboración de la Universitat de València y gracias a la aportación económica, como siempre, de la Diputación”.