Finaliza la programación de Sant Blai con la Ruta de los Tesoros de la Pobla del Duc

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Después de una intensa semana de celebración la Pobla del Duc finalizaba su programación de Sant Blai este domingo, 6 de febrero con la ruta de los tesoros de la Pobla del Duc que reunía por la mañana a más de 100 personas.
Este acto sin embargo, ha sido uno de los muchos que la Cofradía de Sant Blai ha organizado junto con la colaboración del Ayuntamiento para celebrar la festividad de su patrón.
El día grande fue el 3 de febrero, Sant Blai, en el que se celebró una solemne misa y una procesión, contando ambas con una gran participación.
exposicion-migajon-con-autoYa el fin de semana comenzaba con una exhibición canina en la plaza Carlos Canut a cargo de la escuela canina de Aielo de Malferit. Acto que reunió a numerosos vecinos del pueblo así como a un gran número de amantes de los perros de toda la comarca de la Vall d’Albaida. Grandes y pequeños pudieron disfrutar con las destrezas de los perros adiestrados en esta escuela.
Y a las ocho y media de la tarde y por primera vez, las voces fueron las protagonistas. Y es que unas 70 personas se congregaron en la plaza de la Iglesia para desde allí recorrer varias calles del pueblo cantando los Gozos de Sant Blai. Un acto que tal y como aseguraba la presidenta de la Cofradía, María Ángeles Bataller “ha tenido una gran acogida por lo que esperamos que forme parte cada año de la programación de Sant Blai”.
Igualmente, Bataller expresaba su gran alegría por “la alta participación en todos y cada uno de los actos y actividades organizados este año”.
Por su parte, el alcalde, Natalio J. Navarro ha querido felicitar a la Cofradía de Sant Blai “por su gran trabajo a la hora de confeccionar y llevar a cabo la programación de Sant Blai que ha estado sin duda a la altura como lo demuestra el gran éxito que ha tenido”.
Y ya el domingo tuvo lugar la última actividad consistente en una ruta por los tesoros de la Pobla, las más de 100 personas que participaron pudieron visitar una casa victoriana del siglo XIX que conserva un secadero de hojas de morera y es que tal y como explica el historiador Antonio Calzado “la explotación de las moreras y de sus hojas dedicadas a la cría del gusano de seda ya era importante en la Pobla de Rugat a finales del siglo XVII. Por el “Capítol per al regiment de la cosa pública” de 1692 se conoce que la recolección de las hojas se llevaba a cabo entre marzo-junio y desde San Miguel (29 de septiembre). Pero sería durante el siglo XVIII y principios del XIX cuando las moreras invadirían el paisaje agrícola valenciano, creciendo en las algolechas de ríos y barrancos o en cualquier espacio, incluso en los domicilios. Su cultivo y comercio generaría grandes beneficios por lo que las casas de labradores propietarios introducirían o construirían un tercer piso, el andén sedero, para instalar secaderos”.Igualmente, se pudo visitar un museo agrícola particular y una exposición de objetos de decoración realizados con migajón, muestra particular de una vecina del municipio.