Para la inauguración, prevista a las 11 horas del sábado dÃa 20 de febrero, se contará con la presencia de representantes de los Ayuntamientos de Valencia y Albaida, asà como la Falla del Pintor Segrelles de Valencia. Los carteles permanecerán expuestos en el Museo Segrelles de Albaida hasta el domingo dÃa 18 de abril.
Con motivo del 125 aniversario del nacimiento del ilustre Pintor Español e Ilustrador Universal José Segrelles, desde su Casa Museo en Albaida, se ha querido empezar una serie de exposiciones de obras cedidas por otras entidades y particulares para exponerlas temporalmente junto a la colección permanente que la Casa Museo del Pintor Segrelles ofrece al visitante desde el año 1943.
En esta ocasión, se ha recibido, cedido por el Ayuntamiento de Valencia, el Cartel de las Fallas que pintó Segrelles, asà como otros trabajos que se ha considerado considerado que coincidÃan en temática, como son el cartel de Feria de Julio de Valencia que elaboró en el año 1945 y el ‘Visitad Valencia’ que hizo por encargo de la CompañÃa Española de Turismo.
El primer Cartel de las Fallas de Valencia, el del año 1929, cumplÃa recientemente su ochenta aniversario. Fue paradójicamente, la carta de presentación en Valencia de su autor. José Segrelles, nacido en Albaida en el año 1885 y reconocido artista a nivel nacional e internacional por aquellos años, habÃa conseguido toda su fama artÃstica sin pasear su arte en ningún momento por la entonces más conocida, como Capital del Turia, Cap y Casal.
Respondiendo a la invitación del CÃrculo de Bellas Artes de Valencia, presidido por el Doctor Villanueva, con el entonces pintor estrella, José Benlliure, José Segrelles colgaba sus ilustraciones y pinturas de las paredes del CÃrculo y recibÃa el reconocimiento público y artÃstico de sus paisanos. A partir de entonces sus inseparables amigos del arte y la intelectualidad valenciana.
1929 era pues el año que José Segrelles hacia escala en Valencia, antes de embarcarse hacia el ‘Sueño Americano’ que le mantendrÃa durante seis años en Nueva York, sobreviviendo la caÃda de la Bolsa Norte Americana.
Cualquier medio de comunicación local de aquellos primeros dÃas de mayo del año 1928, (El Mercantil Valenciano, La Correspondencia de Valencia, El Debate de Madrid, o El DÃa Gráfico, La Publicitat o el Diario de Barcelona, consideraban la exposición en el CÃrculo, Catedral de las catedrales del arte valenciano, y la Cena de Gala ofrecida en su honor, como el intento, en absoluto en vano, de resarcirse con José Segrelles de su larga incomunicación.
Hasta entonces Albaida, el pueblo natal de Segrelles, lo habÃa sido y se conocÃa por haber sido cuna de ElÃas Tormo, ilustre intelectual, polÃtico, Ministro de Instrucción Pública y Bellas artes durante la República.
Pero Segrelles, nacido en una familia muy modesta, hermano de sus doce hermanos, estuvo sólo durante dos años en la Escuela de Artesanos y en la Academia de San Carlos, ya que por circunstancias familiares, a los doce años, habÃa reanudado sus estudios de Bellas Artes en la Lonja de Barcelona donde se licenciarÃa.
Allà se apartó casi de la noche a la mañana de la pintura de género que aún arrastraban los decimonónicos y se dedicó por completo a la ilustración de libros. Las obras monumentales, catalogadas asà por el mismo Vicente Blasco Ibáñez con quien mantuvo amistad personal en Barcelona y posteriormente por correspondencia hasta su muerte en al francesa Villa de Mentón.
En Barcelona le llegó el encargo de Las Florecillas de San Francisco, obra aún tan revalorizada, como revalorizados son los dos tomos con los cuentos de las Mil y una Noches de la barcelonesa editorial Salvat y todos aquellos libros de bolsillo conteniendo las ilustraciones de Segrelles y la Literatura Universal, adaptada para los niños por Mari Luz Morales y publicadas en la Ciudad Condal por Araluce.
Todo ello coronado con el encargo del Quijote de la Mancha y los contratos con la revista inglesa The Illustrated London News para quienes estarÃa trabajando desde 1927 hasta 1935 a la vez que contribuÃa con la distribución mundial de la revista, a la internacionalización de la firma valenciana de Segrelles hasta entonces y aún hoy, sólo tan reconocida por tanto paÃs, como la de JoaquÃn Sorolla.
1929, era el nacimiento del primer cartel anunciador de las Fallas de Valencia, llegado en un momento en el que institucionalmente se empeñaban por el ennoblecimiento de las fiestas josefinas para apagar otras fiestas paganas. Era el año en el que Segrelles saludaba personalmente a los valencianos que idolatraban su trabajo y era el, hasta luego! de camino a Nueva York con la recién conseguida Medalla de Oro por su dibujo y pintura en la Exposición Internacional de Barcelona. Nueva York iba a ser, pródiga en encargos precisamente de todo lo relacionado con el reclamo publicitario para casas como la Ford, Packard o Lincon y las portadas de las revistas y rotativos de más tirada, llegaban a los quioscos y librerÃas con las portadas a todo color de la mano de José Segrelles.
Por primera vez, hace ocho décadas, las Fallas tenÃan cartel para reclamar en el mundo, un vistazo a sus efÃmeros monumentos, y por vez primera, José Segrelles ponÃa su desbordante fantasÃa y su habilidad técnica al alcance de los valencianos en agradecimiento reciproco y entrañable.