El Departamento de Salud de La Ribera aconseja cuidar la alimentación de los niños también en verano

El desorden en los horarios, los picoteos y la deshidratación, los principales riesgos

El Departamento de Salud de La Ribera, a través de su Servicio de Nutrición y Dietética, aconseja cuidar la alimentación de los niños también en verano, cuando los cambios de horario condicionan lo que comen y se relajan las normas que se han mantenido durante el curso escolar.

Según ha destacado la jefa del Servicio de Nutrición y Dietética de La Ribera, Dra. Pilar Luna, “si bien los padres dan mucha importancia a lo que sus hijos comen durante el invierno en los comedores escolares, parecen no tener en cuenta que 245 de los 365 días del año, los niños comen en casa, por lo que hay que ser igualmente cuidadosos y no caer en el descontrol alimentario”.

En este sentido, durante las vacaciones, es necesario mantener unos hábitos de alimentación saludables y aprovechar las vacaciones para mejorarlos e introducir en la dieta de los niños nuevos alimentos y platos.

Así, según la Dra. Luna, “al igual que durante el curso escolar, en verano también hay que mantener las cinco comidas diarias, tres principales y dos más ligeras, vigilando que los niños realizan un desayuno adecuado, aunque se levanten más tarde en esta época del año”.

Del mismo modo, “hay que huir de los picoteos y del abuso de helados, refrescos y chucherías, tan recurrentes en estas fechas y que solo aportan azúcares, tan relacionados con el desarrollo de la diabetes del adulto y de las caries, y calorías vacías, es decir, sin ningún tipo de valor nutricional”.

En el caso de almuerzos y meriendas, “debe ser ocasional el consumo de fiambres y bollería, que aumentan el riesgo vascular y la probabilidad de padecer obesidad infantil, lo que reduce hasta 10 años la esperanza de vida de un niño”, ha afirmado la Dra. Luna, quien ha señalado que “es beneficioso recurrir a los almuerzos y meriendas tradicionales, como el pan con tomate o el pan con aceite”.

Igualmente, se recomienda incluir lácteos en las comidas de los niños, en forma de leche, yogures o queso fresco, “para cubrir los aportes de calcio que necesitan en esta época de desarrollo de la calcificación ósea: 3 lácteos al día en menores de 12 años y 5, en niños con edades comprendidas entre los 12 y los 22 años”.

Según la Dra. Luna, “el verano es una época muy apropiada para introducir en la dieta de los niños las frutas y verduras, que pueden consumir preparados de forma muy variada: como zumos, como ensaladas, como helados caseros o como cremas frías”.

También es importante “aprovechar esta época del año para fomentar en los niños el ejercicio físico, evitando las actividades sedentarias, incluida la televisión”. En este sentido, ante el incremento de la actividad física y el aumento del calor, hay que garantizarles una adecuada hidratación, “siendo recomendable el consumo de agua, ya que es el mejor hidratante, evitando los refrescos azucarados, ofreciéndosela sistemáticamente, sin esperar a que tengan sensación de sed”.