El consistorio logra una situación de superávit y tiene pendiente, para este ejercicio 2015, cancelar la deuda pendiente en un 40%
El ayuntamiento de la Font de la Figuera ha cerrado el año 2014 con un resultado presupuestario positivo. Así lo demuestra el informe de intervención, el cual detalla que, una vez confeccionada la liquidación del presupuesto de esta entidad correspondiente al ejercicio del año 2014, se ha conseguido llegar a la cifra de 412.898,57 euros a favor del ayuntamiento.
Además, hay que tener en cuenta que el ayuntamiento de la Font de la Figuera, ahora mismo, es un acreedor de la Generalitat. El Consell debe al ayuntamiento más de 100.000 euros de programas y planes de empleo de la Generalitat (corresponden a planes, algunos de ellos, que todavía se están ejecutando y por lo tanto no están justificados, no procediendo su abono íntegro) que ya adelantó en su momento el consistorio, además de los 204.047,91 euros del Plan de Ajuste en el año 2012 (correspondiente al Enoturismo del 2011, subvencionado por la Generalitat al 100% y no pagado), lo que supone una cantidad superior a los 300.000 euros.
El concejal de Promoción Económica, Vicent Muñoz, ha manifestado: “somos conscientes que la racionalización de los servicios públicos debe ser clara, pero no menos claro debe de ser el compromiso del ayuntamiento con la prestación de servicios sociales, esenciales con aquellas personas que lo están pasando peor, y no sólo no dejar de prestarlos, sino en algunos casos aumentar los servicios prestados a la ciudadanía”.
“Estos datos demuestran que estamos trabajando y gestionando de forma correcta para cumplir con la reducción del déficit que nos corresponde, pero también dejan claro que si la Generalitat no salda la deuda que tiene con el ayuntamiento este puede ver afectada su liquidez (facilidad de pago)”, ha matizado Muñoz.
Siguiendo la misma línea de las declaraciones de Muñoz, la gestión llevada a cabo por el ayuntamiento de la Font de la Figuera demuestra que es posible «racionalizar el gasto y distribuir, al mismo tiempo, los recursos del consistorio, a favor del fomento del empleo y de las necesidades básicas de las personas”.
«No es de recibo que en unos momentos tan complejos como los que vivimos tengamos que ser los ayuntamientos los que hacemos de acreedores de la Generalidad, cuando estamos haciendo nuestro trabajo y nuestra gestión como es debido», afirma Muñoz.
«El ejemplo más flagrante son las limitaciones en la creación y desarrollo de los planes de empleo locales, que quedan bloqueados por instancias superiores. Si la ciudadanía continua valorando el paro como uno de los principales problemas de la sociedad es precisamente ahí donde deberían dejarnos que invirtiéramos, en las personas y en la economía de proximidad», concluye el portavoz del ayuntamiento.