Los miembros de las redes habían sustraído también más de una tonelada de almendras en la provincia de Valencia
La operación “GARROFAS” se ha saldado con la detención de 12 personas y la imputación de otras 64 por su implicación en distinto grado en los delitos de asociación ilícita, receptación, falsedad documental, apropiación indebida, usurpación de estado civil y hurto
Esta actuación es la mayor operación contra la sustracción de productos del campo realizada por la Guardia Civil tras la implantación de los Equipos Roca
La Guardia Civil, en el marco de la operación GARROFAS, ha desarticulado en Valencia dos organizaciones implicadas en la sustracción de más de 365 toneladas de algarrobas, cuyo valor se estima por encima de 90.000 euros, y más de 1.000 kilos de almendras. Se han detenido a 12 personas y se han imputado a otras 64 por su implicación en delitos de asociación ilícita, receptación, falsedad documental, apropiación indebida, usurpación de estado civil y hurto.
Desde el pasado mes de agosto, la Guardia Civil en el marco del Plan contra las sustracciones agrícolas y ganaderas, venía investigando diversos delitos de hurto de productos del campo en las comarcas de la Hoya de Buñol- Chiva, Ribera Alta y Camp del Turia
Por estos hechos se inició la Operación “GARROFAS”, al objeto de identificar, localizar y detener a los autores de esa actividad ilícita, que había causado alarma entre los agricultores de la zona.
Para ello, la Guardia Civil de Chiva conjuntamente con el Equipo Roca de Lliria, establecieron dispositivos de servicio con un despliegue de agentes perfectamente coordinados, para poder vigilar la zonas afectadas por los robos, que tienen dimensiones muy extensas y que cuentan con infinidad de caminos y zonas agrestes, circunstancias que han dificultado mucho las labores de investigación.
Fruto del operativo dispuesto, los agentes pudieron averiguar que se trataba de dos grupos perfectamente organizados, con una distribución de funciones claramente establecida, mientras algunos de sus miembros realizaban la “recolección” otros vigilaban para alertar por si hubiera presencia policial.
Los efectos sustraídos eran ocultados en las proximidades de la zona, y recogidos con posterioridad, estos grupos actuaban principalmente por la noche, para evitar así ser sorprendidos por los agentes. Los frutos sustraídos eran transportados por la mañana para su venta, en almacenes de las comarcas de la Hoya de Buñol- Chiva, Ribera Alta y Camp del Turia, bien a primera hora de la mañana o en horario de máxima afluencia para intentar pasar desapercibidos