Ayer tuvo lugar la tercera etapa de la Ruta dels Monestirs- el Pas del Pobre. La etapa más dura y larga de las cinco jornadas que componen esta tercera edición de la Ruta que contó con cerca de 60 excursionistas en su recorrido.
El punto de partida era el Convento del Corpus Christi de Llutxent, donde, con los primeros rayos de sol, los excursionistas iniciaron el camino hacia la Serra del Buixcarró. Una mañana frÃa y ventosa que no desanimó a los participantes, sino más bien les animó a caminar para entrar en calor. El año pasado, esta misma etapa se caracterizó por el excesivo calor, que castigó el esfuerzo de los montañeros.
Abrigados hasta las cejas, los participantes bordearon el antiguo monasterio de dominicos, hoy propiedad de la Diputación de Valencia y en avanzado proceso de restauración. Se dirigieron al cercano Castell de XÃo, uno de los protagonistas de la historia de este paraje, con la célebre batalla que dio lugar en el Mont Sant al “Milagro de los corporales†que se conservan en Daroca, y cuya explicación se realizó en la visita a la Ermita de la Consolación y al Monasterio en la segunda etapa el pasado 17 de octubre.
En un pequeño bosque, a resguardo del viento y buscando el calor del sol, se hizo una breve parada para el almuerzo. Posteriormente, tras un pronunciado descenso se llegó al pueblo de Pinet, donde los excursionistas pudieron descansar, avituallarse y prepararse para el tramo siguiente. Un pronunciado sendero que con algunas lazadas conduce al altiplano de la Serra del Buixcarró. Este ascenso no fue tan duro como el año pasado gracias a las bajas temperaturas, pero aún asÃ, este año hubo una sorpresa añadida. Un rebaño de casi centenar y medio de vacunos, acompañados de su pastor, aguardaban pacientes, el paso de la larga hilada de senderistas.
Tras esta improvisada comitiva, se alcanzó el punto más elevado de la etapa. A partir de aquÃ, abandonando la comarca de la Vall de Albaida, se continuó la marcha ya por la comarca de la Safor, por una agradable pista forestal que corona la sierra y está presidida por la silueta al fondo del Pic de la Penyalba y poco después del Montdúber.
Se inició el descenso hacia la población de Barx, no sin antes, tras un breve descanso en la Font de Benita, y se visitó el Pou de Neu de esta localidad, donde los excursionistas pararon a comer, aprovechando las instalaciones de mesas y bancos de madera que se han habilitado en esta zona. Por la tarde, al reanudar la marcha y atravesar el altiplano para enlazar con la senda que desciende a la Valldigna, observaron los efectos del gran incendio que asoló a finales del verano este paraje del término de Simat.
Desde este magnÃfico mirador natural, la vista del valle con el mar azul al fondo, destacando entre otro mar verde de naranjos, el Monasterio de Santa MarÃa de la Valldigna, punto final de esta larga jornada, los senderistas ajenos ya al cansancio y al frÃo del dÃa, encarrilaron animados el zigzagueante camino empedrado que les sumergió en entre bosques de naranjos, y las primeras casas de esta población. Incluso antes de lo previsto. A las 16’15, se agruparon en las puertas del monasterio para escuchar las explicaciones e iniciar la visita al cenobio que perteneció a la orden cisterciense y en la actualidad es de la Generalitat Valenciana.
Asà finalizó una etapa que se auguraba más pesada de lo que en realidad fue, por el recuerdo de la segunda edición caracterizada por temperaturas estivales, si bien esta vez hizo frÃo y viento, se acusó menos el cansancio por los más de veintitrés kilómetros de recorrido, pero reconfortó la satisfacción de haberlos podido realizar.
El próximo 12 de diciembre se llevará a cabo las cuarta etapa, que saldrá a las 8:30 en autobús desde Alzira, para concentrarse los participantes a las puertas del importante Monestir de la Valldigna y continuar la Ruta hacia el vecino convento de Santa MarÃa de Aigües Vives, en el término de Carcaixent, ya en la comarca de la Ribera Alta, descansar en la Barraca y finalizar en la Casella, tras cruzar el primer tramo del histórico Pas del Pobre, que da nombre a la Ruta, homologada por la Federación Valenciana de Deportes de Montaña y Escalada como el Sendero de Gran Recorrido GR 236.