El pleno aprueba una normativa que impide gastos fuera de lo previsto en el presupuesto municipal
El pleno del Ayuntamiento de Xàtiva aprobó por unanimidad un reglamento para la mejora de la gestión de las facturas de proveedores. Su objeto es la regulación del registro contable de facturas, de acuerdo con la Ley de Impulso de la Factura Electrónica. Concretamente, el Ayuntamiento se impone la norma de que todas las facturas registradas incorporen la información básica necesaria para realizar su pago a la mayor celeridad.
En cuanto entre en vigor el nuevo reglamento, todas las facturas de importe superior a 1.210 euros (1.000 euros más IVA) deberán registrarse a través del portal de facturación electrónica de la administración del Estado (FACE), que actuará en calidad de registro de entrada municipal. Además, estas facturas deben incorporar el acuerdo de compra correspondiente que previamente se ha adoptado en la Junta de Gobierno. De esta manera, se garantiza que cualquier compra superior a 1.210 euros necesite disponibilidad presupuestaria y acuerdo de Junta de Gobierno.
En lo que respecta a las facturas inferiores a 1.210 euros, podrán seguir registrándose en papel pero, de forma obligatoria, deberán incorporar el número de retención de crédito, que garantiza que el Ayuntamiento ha previsto el recurso económico correspondiente para pagar esa factura. Esto implica que el Ayuntamiento de Xàtiva no puede gastar sin consignación presupuestaria previa y evita la generación de las llamadas facturas en los cajones, origen de la deuda generada por los préstamos del RD 4/2012, conocido como plan Montoro.
En su intervención, el portavoz del Grupo Municipal Socialista y concejal de Hacienda, Ignacio Reig, afirmó que “la intención es, por una parte, aligerar el trámite de pago de las facturas por debajo de los 42 días de periodo medio de pago actuales. Pensamos que la fase de aprobación de factura y aplicación a partida presupuestaria se puede acortar si la factura incorpora la información necesaria. Por otra parte, queremos evitar que se produzca ningún gasto sin tener el respaldo presupuestario correspondiente. Es una pequeña obligación para los proveedores, habitual en el tráfico comercial del sector privado, pero a la larga redundará en que cobren antes y, además, se genera una dinámica contable positiva que evita burocracia, impagos y gastos en intereses de demora”
