¿Podemos ser padres trabajadores?

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Artículo de opinión | Silvia Barber

Parece que las cosas han mejorado, en cuanto a la situación actual, para poder conciliar vida familiar y laboral. Ha sido en este año 2021, en el que madres y padres pueden disfrutar de las mismas semanas de permiso tras el nacimiento de sus hijos. Desde hace unos años, buscamos la igualdad de oportunidades también en el empleo. No dudo de la mejoría y el progreso para las familias, ya que en 2007 los padres solo contaban con dos días, tras el nacimiento de sus hijos, situación absurda y lamentable, la cual se ha conseguido subsanar un poco, pero vamos a paso de tortuga nunca mejor dicho.

Queda mucho por mejorar, para llegar a la conciliación familiar de verdad, sin ayuda de terceras personas. Actualmente existe también y solo hasta los tres años si tienes un hijo, o hasta los 12 en caso de dos hijos, una reducción de un 14% de la jornada retribuida, pero que solo podrá disfrutar una de las partes, si es que puede, porque a pesar de disponer de este tiempo, a veces por necesidades del trabajo no se disfruta correctamente.

Este es otro debate que me gustaría abrir más adelante, quizá en otro artículo.

Entiendo que se priorice una igualdad entre ambos padres, pero seamos realistas, es la madre quien sufre todo el proceso de embarazo, parto o cesárea, y es quien precisa sin duda el cuidado de su pareja temporalmente tras esas últimas semanas de embarazo, y el nacimiento.

Quizás el camino no sea la igualdad, sino la libertad de elección. Muy lejos de la realidad, los permisos iguales e intransferibles no se adaptan, ni por asomo, a las necesidades de los padres. Y digo esto porque por un lado, las primeras semanas tras el parto deben ser consecutivas para ambos, y dependiendo de casos se podrán necesitar simultáneamente o no, pero no hay elección. Hablándolo con otros padres, coincidimos con la necesidad, de poder transferir libremente, hacia ambos lados el permiso por semanas.

El argumento viene desencadenado, ya que actualmente muchas madres son el sustento principal de sus familias, recientemente ha cambiado y sigue cambiando, el desempeño de la mujer en la empresa, por ahí vamos por buen camino, si los permisos no se adaptan es porqué no hay libre elección de quién podrá cuidar más al menor, se obliga a un 50/50 que oye la intención es buena pero no libre. Da igual que sea padre o madre, o dos padres que adoptan un hijo, lo que se debería pretender al final es que aumentara la natalidad, y la protección del menor, que nunca estará mejor con nadie que con sus propios padres, pero la realidad actual es dura para las familias trabajadoras.

Si por ejemplo decidimos que sea la madre quien disfrute de las semanas que les corresponden a ambos, por el motivo que sea, porque quiere dar pecho más tiempo, no olvidemos que lo recomendable es mínimo un año, seguramente su incorporación tras 16 semanas suponga malestar, y sufrimiento en su persona. Incorporación forzosa para una madre, que podría subsanarse un poco si le sumamos, las semanas que quizá el padre no necesite tanto. Volver al puesto de trabajo, implica dejar aquello más importante en su vida como es el nacimiento y cuidado de un hijo, que a veces delegamos a terceras personas de forma parcial. Pretendo defender en éste artículo, la libertad de elección por parte de los progenitores. No se puede hablar de tener un hijo, como mamíferos que somos y olvidarnos de la naturaleza humana, estamos ante la experiencia más intensa y a la vez gratificante de nuestras vidas. El sentimiento prima ante la responsabilidad, y muchas veces supone un fracaso en el ámbito laboral, a veces de forma temporal a veces de forma definitiva, conozco miles de casos. Abandonar una carrera por incompatibilidad laboral y la crianza sigue a la orden del día , y debería de cambiar. Por no hablar de la situación de precariedad laboral actual, todo rueda en una espiral de a-sintonía.

Abro el debate ¿Podemos tener libertad para disfrutar los permisos, conforme necesitemos cada familia? Directamente mejoraría la estabilidad familiar, psicológica, y económica además repercutiría ante la decisión de tener uno o más hijos, todo dependerá de la experiencia previa. Por no hablar de la salud de madres y padres, muchas veces incapaces de dejar a sus descendientes a tan temprana edad, sin sentirse mal consigo mismos, o culpables, también dependerá claro está, de la personalidad o fortaleza de cada uno, pero déjenme dudar que algún padre no haya sufrido para conciliar bien.

Otro tema que me viene a la mente, es la sobrecarga de los abuelos, un debate que podría ser largo y extenso. Veo a diario, abuelos cargados con sus nietos, los que tenemos la suerte de tenerlos con una media de edad que roza los 50 años largos. Posiblemente o casi seguro también trabajadores, en un mercado laboral tan exigente y actualmente de difícil acceso con una estabilidad económica pésima para muchas familias, todos estos factores se ponen en contra a la hora de aumentar la natalidad. Es sin duda una aventura en la cual vamos a encontrarnos con situaciones dificultosas e inesperadas.

Y finalizo con una propuesta, que no gustará a muchos, pero no por ello menos necesaria, habrá que plantearse la manera en la cual, uno de los dos progenitores pueda hacerse cargo del menor, al menos hasta cumplido los dos años, y percibiendo una prestación del 100% como es el permiso actual de tan sólo 16 semanas, para poder conciliar de verdad sin poner en riesgo la salud mental de la naturaleza humana, y sobre todo de las madres en este caso tan necesarias y a la vez vulnerables. Y poder así disfrutar, de lo mejor que te puede pasar en la vida, sin que sea una barrera para las oportunidades. No queremos perdernos nada de sus primeras veces, ni sus primeros pasos, ni sus primeras comidas.

No queremos esperar a que crezca toda una generación, para llegar a ser abuelos y poder vivirlo, queremos poder disfrutar de la infancia de nuestros hijos con dignidad. Somos la generación que creció con los abuelos, hijos de padres trabajadores sin tiempo para sus hijos y no queremos lo mismo para ellos. Los hijos son de los padres.

Atentamente, una mamá trabajadora.

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