El tripartito de Xàtiva presenta la auditoría que sitúa la deuda en 860 euros por habitante

La auditoría del Ayuntamiento refleja una deuda de 25 millones de euros.

El documento fue presentado hoy por el equipo de gobierno, en cumplimiento de uno de los principales compromisos adquiridos en el acuerdo de bases de actuación de los grupos políticos para el gobierno de Xàtiva, que ha venido a llamarse como pacto de Sant Doménec. Este endeudamiento obliga a destinar 3.170.000 euros en 2016 -el 15% del presupuesto municipal- para el pago de deuda e intereses, tres veces más que la cantidad presupuestada para inversiones.

La cifra se vuelve más impresionante si se aplica el cálculo de deuda por habitante: a cada uno de los ciudadanos de Xàtiva le corresponde 860 euros de deuda municipal. El documento ha sido realizado por la concejalía de Hacienda, bajo dirección del concejal Ignacio Reig, con la colaboración de diferentes técnicos municipales y externos, como medida de transparencia y para la información de toda la ciudadanía.

El 70% de la cifra total se corresponde con la deuda contraída por el Ayuntamiento con diversas entidades bancarias durante la etapa de gobierno del Partido Popular. En este caso, la deuda bancaria se eleva hasta los 17.597.691,38 euros. Según Reig, “esta cantidad significa el capital e intereses pendientes de préstamos bancarios para financiar obras e inversiones, así como préstamos del Plan Montoro para abonar facturas impagadas. Por ejemplo, se incluyen en este capítulo actuaciones en la plaza de toros, el Centro Cultural Xàtiva (CCX) o la polémica transformación de la piscina olímpica de la Murta en un parque acuático”.

La obligación, vía decreto Montoro, de declarar todas las facturas escondidas en los cajones de los ayuntamientos provocó la aparición en el Ayuntamiento de Xàtiva de 11,2 millones de euros en facturas impagadas. Los préstamos correspondientes duplicaron el endeudamiento bancario municipal. Como consecuencia, Xàtiva fue la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana que más incrementó su endeudamiento.

Por otra parte, la deuda comercial del Ayuntamiento llega hasta el 7% del total, 1.662.344,69 de euros. Este concepto incluye facturas impagadas y otras deudas legalmente reconocidas. A 30 de junio, nada más entrar en el Ayuntamiento, el equipo de gobierno se encontró con más de 1 millón de euros en facturas pendientes- A partir de ese momento, continuaron aflorando facturas pendientes de ejercicios anteriores hasta completar la cifra recogida en la auditoría. Por ejemplo, obras impagadas ejecutadas en 2014 en las pedanías, facturas de la SGAE de conciertos de la Feria 2013, sobrecostes de las obras del Canal de Bellús y un largo etcétera.

El 12% del endeudamiento total se corresponde con distintas reclamaciones pendientes de resolución. Son 3.134.441,32 euros en deuda pendiente de resoluciones judiciales en asuntos como la reclamación de pago de obras en la Ciudad del Deporte por parte de Acciona, SA o de la liquidación del servicio de recogida de basura por parte de FCC, SA Este capítulo también contempla deudas con el personal laboral del Ayuntamiento, como la reclamación de abonos pendientes de horas extras o de la Seguridad Social del personal del Conservatorio. Asimismo, hay todo un rosario de obras impagadas ejecutadas sin ningún expediente de contratación.

Finalmente, hay un 11% de la deuda global que se corresponde con otras deudas no bancarias, con sentencias judiciales desfavorables, indemnizaciones por expropiaciones de terrenos no pagadas a los propietarios o deuda con el gobierno central. Suman un total de 2.704.562,47 euros. A saber: la sentencia en contra por el impago de las obras del CCX, la sentencia que obliga a devolver las tasas del Conservatorio cobradas indebidamente, impagos de facturas por múltiples reparaciones del sistema de bolardos para control de acceso al casco antiguo, indemnizaciones por expropiaciones en el Polígono La Villa o en el parking del Lluís Alcanyís, etcétera, etcétera, etcétera.

Cómo se llega a esta situación?

Para el equipo de gobierno, existen varias causas que explican el estado actual de la deuda municipal, muy elevado como consecuencia de la nefasta gestión llevada a cabo durante la etapa del PP al frente del Ayuntamiento. Una de ellas es el asunto antes comentado del afloramiento de los 11’2 millones de euros por facturas impagadas escondidas en cajones y que se transformaron en deuda mediante los préstamos Montoro. De los 11,2 millones de facturas en los cajones, 4 estaban fuera del presupuesto y del control de la intervención municipal. Dinero público gastado incumpliendo gravemente la ley.

Otra de las causas señaladas por el equipo de gobierno es el desbocamiento del gasto corriente que caracterizó la era Rus. Un despilfarro de dinero público continuo que se extiende desde 2004 a 2012, convirtiendo gasto corriente en préstamos a largo plazo que se acabarán de pagar en 2023. El incremento del gasto corriente fue extraordinario: desde 5,7 millones de euros en 2004 hasta 12,3 millones en 2010, con el mismo nivel de servicios. Era la época de bonanza cuando grandes empresarios afines al PP hicieron negocios millonarios.

Mención aparte merece la colección de obras faraónicas que Rus ha dejado como legado a la ciudad: plaza de toros, CCX, Ciudad del Deporte… Todas estas obras acumularon sobrecostes hasta alcanzar un total de 20 millones de euros, suficiente para cubrir toda la deuda bancaria municipal. Obras faraónicas que se encargaron sin un mínimo estudio de viabilidad y con una dudosa o nula rentabilidad social. Con la agravante circunstancia del proceso judicial que vierte la sombra de la duda sobre la duplicación del coste de la plaza de toros: de 6 millones presupuestados inicialmente a 12 millones de coste final. Final? No. La plaza no se puede utilizar porque no está terminada y no reúne condiciones de seguridad para obtener licencia de actividad. Un 10 en materia de gestión de dinero público.

De los dineros prometidos por Rus, muchos no han llegado nunca. Como aquellos famosos convenios con la Generalitat de 2008 que todavía no han llegado. Las obras se hicieron, con el sobrecoste correspondiente, pero el costo financiero ya supera en algunos casos el coste de la obra. Más de 8 millones de euros en intereses los últimos 10 años.

Valoraciones políticas del equipo de gobierno

El alcalde Roger Cerdá considera que el Ayuntamiento se enfrenta a una situación compleja en el ámbito económico. Según el primer edil, «el estado de la deuda que nos encontrado en el Ayuntamiento nos lleva a gestionar una situación verdaderamente compleja. En primer lugar, supone una dificultad añadida para la implantación de todas las políticas que queremos en materia de reactivación económica y creación de empleo. Pero tengamos claro que los vecinos y vecinas de Xàtiva no tienen que pagar las consecuencias de la mala gestión del PP y por eso estamos generando ahorros en todas las actuaciones que estamos llevando a cabo, como la Feria, la campaña de Navidad, el gasto corriente o los suministros básicos. Estos ahorros se destinan a aplicar las políticas necesarias actualmente, en materia de promoción económica, creación de empleo y bienestar social «.

El alcalde asegura que «haremos todo lo posible para mantener todos los servicios que ofrece actualmente el Ayuntamiento, porque es nuestra obligación. La capacidad de inversión es escasísima. Esta situación nos debe llevar a hacer una reflexión colectiva para que nunca más se consienta que haya gobiernos que gastan a manos llenas en proyectos innecesarios «.

En la misma línea, el primer teniente de alcalde, Miguel Lorente, cree que la actual situación económica del Ayuntamiento es el resultado «de lo que nunca más debe volver a ocurrir». Para Lorente las gestiones municipales pasadas se han caracterizado por los despropósitos y por los sobrecostes en un contexto de «fiesta permanente, donde había dinero y esperaban aún más. Estamos hablando de las grandes fiestas con presencia de artistas con cachés estratosféricos, también de ciertas empresas que entraban en un circuito donde la contratación de obras y servicios era una constante igual que las facturas sin reconocimiento de crédito donde todo valía «.

Lorente cree que a partir del año 2008, como consecuencia de la crisis, se abre una nueva etapa; la de las cuentas ficticias: «a partir de aquel momento nos encontramos con que el anterior equipo de gobierno ya no puede hacer frente a esa dinámica de gasto incontrolable y conduce a una situación donde el presupuesto no puede asumir las facturas que se originan. Y se pone en práctica el reconocimiento extrajudicial de crédito. Gracias a este sistema Rus podía cerrar el presupuesto cada año con superávit, como afirmaba en 2011. Sin embargo, días después se aprobaba relaciones de facturas millonarias en virtud del reconocimiento extrajudicial de crédito «.

Por su parte, la segunda teniente de alcalde, Cristina Súñer, afirma que «estamos satisfechos con el trabajo hecho porque se pone negro sobre blanco la deuda con que nos hemos encontrado, no sólo la bancaria, única a la que hace referencia el PP, sino además la corriente y lo que va llegando día tras día, bien en forma de facturas, bien en forma de sentencias judiciales. La auditoría demuestra con cifras lo que ya decíamos: que el PP gastaba a manos llenas, sin consignación y saltándose el procedimiento, deuda que tendremos que pagar entre todos los y las setabenses».

Súñer describe el trabajo realizado: «con esta auditoría diseccionamos la deuda bancaria, de dónde proviene y porqué estamos pagándola. Una deuda bancaria que en una pequeña parte proviene de inversiones y mayoritariamente de gasto corriente, facturas escondidas en los cajones y obras y prestaciones de servicios realizadas sin seguir el procedimiento y sin consignación. Añadir al respecto que durante años la intervención municipal, con los informes de fiscalización posterior al presupuesto y con las objeciones a las facturas, ha demostrado que no se gestionaba de manera correcta. La salida del PP demuestra dos cosas: que amparan la gestión de Rus, por lo tanto no son la renovación, no suponen alternativa, y que además sus declaraciones adelantándose a nuestra auditoría suponen que saben que pueden salir cifras que demostrarán como de mal han gestionado, y, por tanto, en previsión de que pudiéramos sacar facturas que les coloreen la cara, se adelantan y ponen la tirita antes de la herida».